La Cecina Curada de Tapa de Cecinas Pablo es una de las delicias más valoradas de la gastronomía española. Proveniente de vacas seleccionadas en los campos de León, esta cecina se cura durante un mínimo de 12 meses en bodegas tradicionales, siguiendo el método ancestral de ahumado suave con leña de encina o roble.
Esta pieza de cecina ofrece una textura firme pero tierna y un sabor profundo y ligeramente ahumado, con un equilibrio perfecto entre salinidad y la dulzura natural de la carne. El corte revela un tono rojizo brillante, con finas vetas de grasa que aportan una jugosidad única. Es un producto artesanal que destaca por su elaboración meticulosa y su inconfundible carácter.
- Origen: Astorga, León, España. La cecina de vacuno de Cecinas Pablo es un producto de alta calidad con un legado de tradición artesanal en la región de León, cuna de las mejores carnes curadas.
- Materia Prima: Se utiliza carne de vacuno de las mejores piezas, concretamente la tapa, una parte de la pierna del animal caracterizada por su forma cónica y plana. Esta pieza es conocida por su excelente aprovechamiento debido a su estructura plana y uniforme, permitiendo un corte fácil y adecuado.
- Salazón: La carne se somete a un ligero proceso de salado.
- Secado: Posteriormente, se deshidrata lentamente en secaderos naturales.
- Ahumado: Se realiza un suave ahumado con leña de encina o roble, aportando un sabor sutilmente ahumado que caracteriza a la cecina de León.
- Curación: El proceso de curación es lento y controlado, con una duración aproximada de 12 a 18 meses, dependiendo del tamaño de la pieza.
Para mantener en óptimas condiciones la Cecina Curada de Tapa, se recomienda conservarla en un lugar fresco y seco. Una vez abierta, debe cubrirse con un paño limpio o envasarse al vacío para evitar la pérdida de sus propiedades. Se recomienda consumirla en un plazo de 15 días después de abrirla
- Color: Al corte, la cecina presenta un color rojo oscuro, con un brillo que denota su buen grado de curación y el adecuado contenido de grasa intramuscular.
- Aroma: Intenso y ligeramente ahumado, con toques de hierba seca y frutos secos debido al proceso de curación tradicional y el ahumado suave.
- Sabor: Sabor profundo y persistente, con una combinación equilibrada entre dulzor y salinidad. Las notas ahumadas se complementan con un toque terroso y un retrogusto largo y agradable.
- Textura: Firme pero tierna, la infiltración de grasa contribuye a una textura jugosa y agradable al paladar.
La cecina debe acompañarse con elementos que realcen su sabor ahumado y su delicadeza:
- Pan de cristal ligeramente tostado con tomate rallado y un toque de ajo. La textura crujiente del pan y la frescura del tomate resaltan la intensidad de la cecina sin restarle protagonismo.
- Queso curado de oveja o Manchego. La cremosidad y el toque salino del queso forman una combinación perfecta con la suavidad de la cecina, creando una explosión de sabores.
- Almendras tostadas y ligeramente saladas: Su textura crujiente y sabor terroso contrastan de manera exquisita con la cecina.
- Higos frescos o melón cantalupo: La dulzura de estas frutas equilibra el toque salado y ahumado de la cecina, creando un bocado fresco y lleno de matices.
Para acompañar la Cecina Curada de Tapa, las bebidas deben ser seleccionadas cuidadosamente para realzar sus sabores ahumados y salinos:
- Vinos tintos afrutados: Un Rioja Crianza o un Mencía joven de la región de León aportan el cuerpo necesario para complementar la profundidad de la cecina sin eclipsarla.
- Vinos blancos con barrica: Un Albariño o un Chardonnay fermentado en barrica aportan notas frescas y untuosas, que complementan perfectamente la textura de la cecina.
- Cerveza artesanal: Las cervezas artesanales con toques tostados, como una Brown Ale o una Porter, resaltan los matices ahumados y la riqueza de la cecina.
- Cava Brut Nature: Las burbujas finas y secas de un buen cava ayudan a limpiar el paladar, creando una experiencia equilibrada y refrescante tras cada bocado.




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