El Jamón Cebo Ibérico Brida Blanca 50% de Torres Lorenz es un exponente magnífico de la tradición jamonera ibérica, proveniente de cerdos de raza 50% ibérica criados con piensos naturales de alta calidad. Curado durante un mínimo de 24 meses en secaderos tradicionales, este jamón destaca por su sabor suave y delicado, con toques afrutados y salinidad equilibrada.
Su carne muestra un color rojo intenso con finas vetas de grasa blanca, lo que garantiza una textura jugosa y una untuosidad que se funde en la boca. La grasa exterior dorada y brillante, característica de estos jamones, le aporta un aspecto visual atractivo, mientras que su aroma es complejo y persistente, ideal para paladares exigentes.
Raza: 50% Ibérica (Cruce entre cerdo ibérico y Duroc)
Alimentación: Piensos naturales a base de cereales y leguminosas
Origen: Huelva, España
Proceso de Curación: Entre 24 y 36 meses
Peso: Las piezas suelen pesar entre 8 y 9 kg.
Para mantener el jamón en óptimas condiciones, se recomienda conservarlo en un lugar fresco y seco, evitando la exposición directa al sol. Al comenzar a cortar, cubre la zona expuesta con la grasa del propio jamón o con un paño de algodón para evitar que se reseque. Una vez iniciado, consúmelo en un plazo de 7 a 8 semanas para disfrutar de su máxima frescura y sabor
Presentación: Pieza entera o deshuesada
Etiqueta: Brida Blanca (Cebo)
Pan de cristal con tomate: Este clásico español, con un toque de ajo y un buen aceite de oliva virgen extra, aporta una textura ligera y crujiente que complementa perfectamente la suavidad del jamón.
Queso manchego curado: La intensidad del manchego contrasta maravillosamente con la delicadeza del jamón, creando un maridaje lleno de carácter.
Tosta de aguacate y jamón: La cremosidad del aguacate, junto con unas gotas de limón, equilibra la salinidad del jamón, generando un contraste sorprendente y fresco.
Frutas frescas: Combina con higos frescos o melón. El dulzor de estas frutas resalta los sabores profundos del jamón, ofreciendo una combinación perfecta entre lo dulce y lo salado.
Vinos tintos de crianza: Un Rioja o un Ribera del Duero con buena estructura y taninos suaves complementará la grasa del jamón, intensificando los matices del producto sin opacarlo.
Vino blanco fermentado en barrica: Un Godello o un Chardonnay envejecido aporta notas frescas y untuosas que equilibran la textura del jamón, aportando un toque fresco al paladar.
Cava Brut Nature: Las burbujas de un buen Cava o Champagne son perfectas para limpiar el paladar entre bocado y bocado, ofreciendo un contraste delicioso entre la efervescencia y la textura jugosa del jamón.
Fino o Manzanilla: Para los amantes de las tradiciones, un Fino de Jerez o una Manzanilla aporta sequedad y frescura, creando un equilibrio ideal con la salinidad y la grasa del jamón.


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