Ostra Nº 1 Caja de 12 piezas
Productos del marPrecio oculto
Municipio: Bourcefranc-le-Chapus
Departamento: Charente-Maritime
Región: Nueva Aquitania
País: Francia
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Descripción
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Como joyas del océano, las Ostras N°1 Gillardeau se despliegan en una caja que evoca el tesoro escondido de las aguas salobres de Marennes-Oléron, en la costa occidental de Francia. En cada una de estas ostras, parece que Poseidón y las ninfas del Atlántico depositaron un trozo de su esencia. Criadas durante cuatro años bajo los cuidados meticulosos de la familia Gillardeau, cada pieza es una obra maestra de la naturaleza y la tradición ostrícola francesa, un tributo a las aguas profundas y misteriosas.
El tamaño N°1 las convierte en ostentosas y generosas, con una carne firme y sabrosa que guarda en su textura el susurro de las corrientes marinas. Cada ostra tiene un sello de autenticidad grabado con láser, una insignia que garantiza su procedencia y calidad inigualable. Como si de un símbolo sagrado se tratase, esta marca asegura que en cada bocado estamos ante un ritual de sabor. La carne firme de las ostras, con sus delicadas notas de avellana y un toque dulce, es un banquete digno de los dioses.
- Cantidad: 12 piezas
- Tamaño: N°1 (grandes)
- Origen: Marennes-Oléron, Francia
- Conservación: Refrigeradas entre 4°C y 8°C, siempre vivas hasta el consumo
- Identificación: Grabado con láser en cada ostra como sello de autenticidad
Para apreciar plenamente su sabor, las ostras Gillardeau deben tratarse con respeto, como un manjar divino:
- Al natural: La pureza de su sabor brilla al acompañarlas solo con unas gotas de limón o una salsa mignonette suave. Cada bocado se convierte en un encuentro directo con el Atlántico, un homenaje a las aguas que las nutrieron.
- Gratinadas: Para quienes buscan un contraste, una capa ligera de pan rallado y mantequilla les da un dorado crujiente, una armadura que contrasta con la suavidad de la carne.
- A la parrilla: Un toque ahumado y un ligero calor les aportan una nueva dimensión, evocando los banquetes en la corte de Neptuno.
Para mantener su frescura mística y sabor óptimo, conserva las ostras refrigeradas entre 4°C y 8°C, manteniéndolas vivas hasta el momento de su consumo. Sirve siempre frescas, pero no heladas, permitiendo que sus aromas y sabores se desplieguen en toda su magnitud.
Para acompañar este tesoro del mar, nada mejor que vinos y espumosos que realcen su carácter natural y sofisticado:
- Champagne Blanc de Blancs: Un champán de uvas Chardonnay como el Taittinger Comtes de Champagne o el Ruinart Blanc de Blancs, con su mineralidad y frescura, es el compañero perfecto. Las burbujas finas y persistentes envuelven la salinidad de las ostras y limpian el paladar, como un tributo a las corrientes marinas.
- Champagne Brut Nature: Un Brut Nature como el Larmandier-Bernier Terre de Vertus ofrece una estructura mineral sin adición de azúcar, resaltando la pureza de las ostras y su dulzura natural. Cada sorbo recuerda a los susurros del mar bajo la luna.
- Crémant de Bourgogne: El Crémant de Bourgogne Louis Bouillot con sus notas de manzana verde y cítricos aporta un toque afrutado y ácido, una brisa fresca que se entrelaza con la carnosidad de las ostras.
- Cava Recaredo Brut Nature: Con su estructura mineral y frescura, este cava añade un contraste interesante, transformando cada bocado en una experiencia de sofisticación, como si cada burbuja recreara las olas que rompen suavemente en las costas francesas.
- Prosecco Superiore Brut DOCG: El Valdobbiadene de Nino Franco añade una ligereza y un burbujeo fresco que realza la textura y el sabor de las ostras, perfecto para quienes desean una experiencia fresca y etérea.
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